"El reino de Dios no va a llegar en forma visible. No se va a decir: Ahí está, o Allí esta; porque el reino de Dios ya está entre ustedes” San Lucas 17,21.
Hay quienes hablan de que el fin del mundo está cerca, de que la venida de Cristo ya está por cumplirse, y de que la iglesia de Cristo será llevada al cielo por los ángeles. Sin embargo se les olvida remarcar que ya el reino de Dios está con nosotros. El reino de Dios ya está aquí entre nosotros. No es un reino visible sino espiritual. Esta brillando como el sol, en aquellos que dejaron de ser sepulcros blanqueados y se convirtieron en cielos estrellados unidos al cielo infinito de Dios. El reino de Dios está vivo en aquellos que lo han hecho vivo y se mueve dentro de ellos, como la bandera movida por la briza y el viento de la madrugada. El reino de Dios está vivo en aquellos hijos que se valorizan como hijos de Dios. Es un reino que se puede tocar en aquellos que son templos del Espíritu Santo como María, y uno que se puede escuchar en aquellos que hablan con la lengua del Espíritu Santo. Reino es todo hijo de Dios que le ha construido una casa a Jesús en su corazón sin limitaciones.
El reino de Dios se hace visible al mundo cuando tú lo haces vivo dentro de ti. Lo haces vivo valorizando cada paso de tu Dios dentro de ti. Como la Madre embarazada que vive a su bebe dentro de su vientre. Tu reino es el bebe espiritual que Dios infudio en ti en el bautismo, este habita dentro de ti y es el Espiritu de vida que tienes que cuidar, proteger, y alimentar con el alimento de la luz. De que le sirve al cristiano esperar la venida de Cristo, sin antes haber peleado la batalla de su examen. No está en ser llevado, sino con cuantas medallas tú serás coronado en el cielo. Cuantas guerras has peleado para tu Dios, cuantas veces defendiste a tu Dios, y cuantas veces peleaste por defender la verdad en la mentira. Cuantas calumnias cayeron sobre ti por causa de hablar la verdad en tu hogar, en tu trabajo, o en tu iglesia. No hay nada escondido para Dios y el conoce las veces que fuiste cobarde y diste la espalda a su vos y cuantas veces fuiste fiel y valiente a su llamado.
Queridos hermanos, ya el reino de Dios está en nosotros. Ese reino vino con el Espíritu Santo para unirnos íntimamente con Dios ya no mirando al cielo sino dentro de ti. Deja de esperar el reino visible y comienza a vivir el invisible. Pues viviendo el espiritual es que recibirás el visible. Jesús vendrá no por los que lo esperan sino por los que tienen su reino ya vivo y conectado con su Padre del cielo. No todos los reinos brillan, unos brillan mucho, otros pocos, y otros no brillan ¿Pregúntate cuanto brilla te reino? Si nunca lo has valorizado, hoy es el momento de hacerlo. Valorízate como parte del reinado de tu Padre. Valorízate como pertenencia de su infinidad, y como parte de las
estrellas que brillan en el firmamento. Dios cuenta contigo para llevar su reinado a otros reinos desconectados de su luz, reinos de tinieblas y de esclavitudes. Antes de subir al cielo, Jesús nos enseño a orar diciendo, “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, Venga a nosotros tu reino…”Que ese reino sea el que se haga vivo en cada templo para glorificar y santificar el nombre de Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo, Amen.
El reino de Dios se hace visible al mundo cuando tú lo haces vivo dentro de ti. Lo haces vivo valorizando cada paso de tu Dios dentro de ti. Como la Madre embarazada que vive a su bebe dentro de su vientre. Tu reino es el bebe espiritual que Dios infudio en ti en el bautismo, este habita dentro de ti y es el Espiritu de vida que tienes que cuidar, proteger, y alimentar con el alimento de la luz. De que le sirve al cristiano esperar la venida de Cristo, sin antes haber peleado la batalla de su examen. No está en ser llevado, sino con cuantas medallas tú serás coronado en el cielo. Cuantas guerras has peleado para tu Dios, cuantas veces defendiste a tu Dios, y cuantas veces peleaste por defender la verdad en la mentira. Cuantas calumnias cayeron sobre ti por causa de hablar la verdad en tu hogar, en tu trabajo, o en tu iglesia. No hay nada escondido para Dios y el conoce las veces que fuiste cobarde y diste la espalda a su vos y cuantas veces fuiste fiel y valiente a su llamado.
Queridos hermanos, ya el reino de Dios está en nosotros. Ese reino vino con el Espíritu Santo para unirnos íntimamente con Dios ya no mirando al cielo sino dentro de ti. Deja de esperar el reino visible y comienza a vivir el invisible. Pues viviendo el espiritual es que recibirás el visible. Jesús vendrá no por los que lo esperan sino por los que tienen su reino ya vivo y conectado con su Padre del cielo. No todos los reinos brillan, unos brillan mucho, otros pocos, y otros no brillan ¿Pregúntate cuanto brilla te reino? Si nunca lo has valorizado, hoy es el momento de hacerlo. Valorízate como parte del reinado de tu Padre. Valorízate como pertenencia de su infinidad, y como parte de las
estrellas que brillan en el firmamento. Dios cuenta contigo para llevar su reinado a otros reinos desconectados de su luz, reinos de tinieblas y de esclavitudes. Antes de subir al cielo, Jesús nos enseño a orar diciendo, “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, Venga a nosotros tu reino…”Que ese reino sea el que se haga vivo en cada templo para glorificar y santificar el nombre de Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo, Amen.